Catalina de Lancaster, Reina de Castilla

Catalina de Lancaster nace en Bayona el 31 de marzo de 1372. Hija de Juan de Gante, duque de Lancaster, y de Constanza, princesa de Castilla.

Su madre, Constanza, hija de Pedro I el Cruel y de María de Padilla, se había refugiado en Bayona después del fratricidio cometido por Enrique de Trastámara contra Pedro I en 1369. Allí se casó con el príncipe inglés Juan de Gante.

Catalina de Lancaster, Reina de Castilla

A la edad de 3 años Catalina de Lancaster residió en el castillo ducal de Melbourne y fue educada como princesa por una noble dama inglesa, lady Mohun, viuda de un miembro del séquito de Eduardo (Eduardo de Woodstock), el Príncipe Negro, hijo mayor de Eduardo III de Inglaterra (Eduardo III Plantagenet).

Al fallecer el heredero, Eduardo de Woodstock, y el hijo mayor de este (Eduardo de Angulema), el segundo hijo de Eduardo de Woodstock, Ricardo, se convierte en rey con el nombre de Ricardo II, sucediendo a su abuelo Eduardo III. Para Juan de Gante, dado que Ricardo era su sobrino, ya no había posibilidad de heredar la corona inglesa, por lo que decide asegurar el trono castellano autoproclamándose rey de Castilla junto con su esposa Constanza y se prepara a invadir Castilla aliándose con Fernando I de Portugal en la firma del tratado de Windsor de 1386.

Juan I de Castilla acababa de ser derrotado en agosto de 1385 en la localidad portuguesa de Aljubarrota: era el mejor momento para la invasión. El 25 de julio de 1386 entra Juan de Gante en La Coruña y luego en Orense para proseguir por tierras castellanas, pero llegan las embajadas de Juan I de Castilla con una propuesta de matrimonio de su príncipe heredero, Enrique (futuro Enrique III), con la hija de Juan de Gante, Catalina de Lancaster.

Pasa un año y se celebra la boda de otra hija de Juan de Gante, Felipa, con el príncipe Juan I de Portugal entre grandes celebraciones. En 1388, un año después, se sella el acuerdo entre Castilla y Juan de Gante con el matrimonio de Enrique de Castilla y Catalina de Lancaster, además de promover la unidad de la Iglesia y resolver el Cisma. Juan de Gante y su esposa Constanza renuncian a los derechos sobre la corona de Castilla a cambio de una compensación económica de 600 000 francos y una renta anual de 40 000.

Constanza recibe Guadalajara, Olmedo y Medina del Campo. En marzo de 1388 se celebra la boda en la catedral de San Antolín de Palencia, aunque el matrimonio no se consumará hasta 1393 por minoridad de Enrique (tenía 9 años).Catalina de Lancaster tenía seis años más que Enrique.

Hay escasas noticias sobre Catalina de Lancaster antes de la muerte de su suegro, Juan I de Castilla, el 9 de octubre de 1390. Junto con su esposo Enrique III, fueron nombrados príncipes de Asturias en 1388, antes de convertirse en reyes. Desde entonces los príncipes herederos de España vienen utilizando el título de príncipe de Asturias. El matrimonio de Catalina y Enrique contribuyó a la paz entre Castilla e Inglaterra, consolidando la dinastía Trastámara, si bien era de dudosa legitimidad al haber sido eliminado Pedro I el Cruel, el verdadero sucesor, por su hermanastro Enrique de Trastámara.

Por ser Catalina de Lancaster nieta de Pedro I, y por ser su esposo, Enrique III, nieto de Enrique II, la línea dinástica vuelve a su cauce y el hijo sucesor de ambos, Juan II, tiene toda la garantía de ser rey. Al morir su esposo en 1406 se hace cargo del gobierno del reino como regente, junto con su cuñado Fernando, que pronto se convierte en rey de Aragón por la muerte de Martín I el Humano, su tío materno, al ser su madre Leonor hermana de Martín I.

Para elegir nuevo monarca se firmó el famoso Compromiso de Caspe (1412) por los representantes de los reinos de Aragón, de Valencia y el Principado de Cataluña. Hubo varios candidatos, pero Fernando reunía todos los requisitos para ser elegido. Ahí comienza el conflicto entre los dos regentes, ya que Fernando se convierte en rey de Aragón y los castellanos no estaban dispuestos a que un monarca aragonés fuera regente del futuro rey de Castilla.

Para solucionar parcialmente el conflicto entre Catalina y su cuñado, se repartieron los territorios entre ambos regentes. En líneas generales, todo el norte y centro de Castilla quedó asignado a Catalina, y Extremadura y Andalucía fueron para Fernando. Catalina de Lancaster nunca había participado en la gobernación del reino en vida de su marido. Se había dedicado a asuntos religiosos y también había procurado mejorar las relaciones con los familiares de Pedro I en pro de la reconciliación con los hijos que estaban presos.

En 1392 funda el monasterio de Santa María la Real de Nieva en Segovia para conmemorar el hallazgo de una virgen en la colina de la localidad. Ayuda a nuevos monasterios de los jerónimos de Toledo en 1396. En 1401, pasados trece años desde la boda, da a luz a una niña, María, que más tarde se casaría con el hijo mayor de su cuñado Fernando, Alfonso V de Aragón. Dos años después nace Catalina, que también se casará con otro hijo de Fernando, Enrique. En 1405 da a luz a un niño en Toro, que será rey de Castilla y León al año siguiente con el nombre de Juan II.

En el asunto del Cisma, su familia de Inglaterra mantenía la adhesión a Urbano VI y a su sucesor Bonifacio VIII, pero Catalina de Lancaster, como reina de Castilla, apoyó a Clemente VII de Aviñón y después a Benedicto XIII (el papa Luna).

Mientras vivió su marido Enrique III ella no tuvo ninguna tarea en el reinado, pero desde su muerte empieza a ejercer como reina regente la gobernación del reino con bastante firmeza. Tuvo que luchar contra la nobleza rebelde, los infantes de Aragón (hijos de Fernando I), afrontar los problemas derivados de la persecución de los judíos… Todo para poder proteger a su hijo y rey Juan II.

Trató de llevarse bien con su cuñado Fernando y le apoyó cuando iba a ser nombrado rey de Aragón. Prestó su ayuda para combatir contra el ataque del conde de Urgel después del Compromiso de Caspe. Al morir su cuñado Fernando, rey de Aragón, el 2 de abril de 1416, Catalina de Lancaster continuó como reina regente única de Castilla durante la minoría de edad de su hijo Juan II, lo que provocó conflictos con los hijos de Fernando, los infantes de Aragón, que pretendían compartir con ella la regencia sobre Castilla, considerando que habían heredado el cargo que había desempeñado su padre.

El 2 de junio de 1418 fallece en Valladolid a los 46 años de edad. Su hijo, Juan II, tenía solo 13 años. Fue enterrada en la misma Capilla de los Reyes Nuevos de la catedral de Toledo en la que había sido inhumado su esposo Enrique III de Castilla.

Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es

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