Batalla del Mar Amarillo: primera batalla naval entre flotas modernas de acorazados

Batalla de telémetros y artillería

Tanto el almirante ruso Vitgeft como el japonés Togo, jamás habían participado en un combate de flotas modernas, por lo que estaban equiparados. Sin embargo, los barcos de la Armada Imperial Rusa usaban telémetros del modelo Liuzhol, con un alcance de 4000 metros, mientras que los japoneses montaban los Barr & Stroud de 1903, el último grito de la época, con un alcance de 6000 metros. A pesar de ello, y quizás debido a la bisoñez de sus almirantes, ambas flotas comenzaron a abrir fuego cuando estaban a mas de ocho mil metros de distancia, ya que los cañones de 305mm/40 eran capaces de alcanzar esa distancia, dando comienzo la Batalla del Mar Amarillo.

La Batalla del Mar Amarillo

Pasado el medio día del 10 de agosto, ambas flotas se avistaron en las cercanías de Encounter Rock. Togo, al mando de cuatro acorazados, dos cruceros acorazados, ocho cruceros, 18 destructores y treinta lanchas torpederas, intentó interceptar la flota rusa, aprovechando la aparición del almirante japonés Dewa, que al mando de cuatro cruceros se unió a la batalla desde el sur.

Sin embargo, Togo calculó mal la velocidad de intercepción y Vitgeft pudo esquivar las columnas japonesas virando hacia Port Arthur y poniendo en un serio aprieto al Almirante Dewa, que hubo de cambiar su rumbo para evitar chocar contra los barcos de Togo, saliéndose de la Batalla del Mar Amarillo sin disparar un solo tiro.

Batalla del Mar Amarillo, Infografía

Togo se repuso rápidamente, y maniobró con sus acorazados para ponerse en paralelo a la flota rusa, comenzando a disparar a una distancia de ocho mil metros. Durante la siguiente media hora, el buque insignia de Vitgeft, el acorazado Retvizan recibió doce impactos, mientras que el de Togo recibió 20, uno de ellos averió las comunicaciones de radio de Togo, lo que le obligó a usar banderas de señales para pedir socorro a sus cruceros mientras trataba de reducir su exposición al fuego ruso. Sin embargo, los cañones rusos de 305 mm obligaron a mantenerse alejados a los cruceros rusos, con lo que nuevamente, Vitgeft esquivó a Togo, que inició su persecución.

Se inició así una persecución en la que los cruceros japoneses, mas veloces, alcanzaron al acorzado ruso Poltava, pero al que no podían hundir por su armamento inferior. Cuando faltaban apenas tres horas para el anochecer, Togo ordenó a todos sus barcos concentrarse en hundir al Poltava, para al menos poder hundir un acorazado ruso.

Ambas flotas se encontraban a apenas 3 millas de distancia intercambiando fuego de artillería, cuando, apenas 20 minutos antes del ocaso, los japoneses obtuvieron un tiro de fortuna que dió un cuelco a la Batalla del Mar Amarillo: uno de los cañones de 305 mm del Asahi alcanzó el buque insignia de Vitgeft, matándole a él y a todos sus oficiales y atascando el timón y provocando que otros buques rusos le siguiesen en su maniobra fuera de control. batalla del mar amarillo 2

La carga del acorazado Retvizan

Tras el descabezamiento de la flota rusa, el príncipe Pavel Ujtomski intentó tomar el control de la flota rusa sin éxito. Percatándose de la situación, el capitán del acorazado Retvizan decidió poner proa a la flota japonesa en solitario disparando todos sus cañones. La armada japonesa pronto concentró todo su fuego en el Retvizan, que recibía tantos disparos que pronto los mismos japoneses tuvieron problemas para ajustar sus cañones en el blanco por el humo y las enormes cortinas de agua que se generaban. Tras lanzar una cortina de humo, el buque muy renqueante consiguió retirarse, mientras Togo, ya escaso de proyectiles y con el ocaso encima, ordenó también la retirada.
La heroica acción del Retvizan consiguió dar tiempo a sus compatriotas a dirigirse (en completo desorden) a la seguridad de Port Arthur, pero le costó la vida a su capitán, que murió a posteriori a consecuencia de las heridas.

Una victoria japonesa

Aunque desde un punto de vista táctico la Batalla del Mar Amarillo pudiera parecer una victoria rusa, ya que la flota japonesa no pudo destruir a la rusa y ésta siguió operativa, aunque menguada, hasta la caída de Por Arthur, cabe concluir que desde un punto de vista estratégico, la Batalla del Mar Amarillo fue una rotunda victoria japonesa, ya que impidieron la huida de la flota rusa a Vladivostok y consiguieron que no volviese a salir a mar abierto.

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