De la vida de Antonio Pigafetta se conoce muy poco, salvo los años que rodean esa epopeya renacentista que dio lugar a la “Relazione del primo viaggio intorno al mondo”.
A Pigafetta recién se lo encuentra en 1519, cuando ya ostentaba el título de “Caballero de Rodi”, suponiendo tal dignidad haber hecho un noviciado en las galeras de la Orden de Rodi, y haber viajado y combatido.
Antonio Pigafetta, el cronista de Magallanes y Elcano
Los datos consignados en los registros de las naves dan información sobre su procedencia, figurando en dos listas con el nombre de Antonio Lombardo, de Lombardía, en la categoría de “sobresaliente”, y también en un registro de equipajes decía:
“Antonio Lombardo, adscripto al servicio del capitán, nativo de Bizancio, que están en Lombardía, hijo de Juan y de Angela, su mujer.”
Partidos el 10 de agosto de Sevilla, y de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519, en octubre la flota llegaba a la tierra del Verzin, Brasil. Luego de algunas semanas zarparon rumbo al sur, mientras el clima se tornaba más frío.
Pigafetta, sobre el Río de la Plata, afirmaría:
“Se creía que desde aquí se pasase al mar del Sur (…) Ahora ya no es paso, sinó río y tiene una boca ancha de 17 leguas. Otras veces en este río fue comido por caníbales, por confiarse demasiado, un capitán español que se llamaba Iohan de Solís y sesenta hombres. Fueron a descubrir tierras como nosotros…”
Al llegar a los 49º de latitud sur, encontraron un buen fondeadero donde Magallanes decidió invernar (Golfo de San Julián), permaneciendo allí desde principios de abril hasta fines de agosto de 1520. Poco después atravesaban el estrecho que unía ambos océanos (Estrecho de Magallanes) –que les franqueaba la puerta del mundo–, luchando denodadamente contra el frío, terribles tempestades y epidemias que diezmaban las naves.
Pigafetta cayó al mar el lunes santo de 1521, aunque logró asirse a una cuerda de la nave, siendo rescatado al escucharse sus gritos pidiendo auxilio. Dos días después fue enviado a tierra a parlamentar con el rey de Butuán (Islas Marianas), siendo acogido como representante del capitán. Igualmente fue enviado al rey de Cebú con ricos presentes, obteniendo que éste aceptara ser bautizado en la fe católica con muchos de sus súbditos.
Asesinato de Magallanes
Después de la masacre, parece que su posición a bordo cobró importancia, convirtiéndose en representante de la expedición, tratando con el rey de Mindanao (Islas Filipinas) y el de Borneo. Seguramente era preferido porque tomaba notas, incluso del nombre que los nativos daban a cosas y lugares, expresando todo en plural: nosotros regalamos, nosotros llegamos…, aunque algunos hablan de oposición a Elcano, a quien nunca menciona.
Sólo quedaban dos naves, la Trinidad y la Victoria, con las que arribaron a las Molucas el 8 de noviembre de 1521. En diciembre descubrieron que la Trinidad necesitaba ser reparada, por lo que decidieron que continuaría rumbo a España únicamente la Victoria mientras que una vez reparada la primera, pondría rumbo al este. Ambas naves tuvieron muy diferente destino: mientras la Trinidad tomó rumbo este en abril de 1522 y luego de una terrible tormenta regresaba a las Molucas donde sus tripulantes fueron tomados prisioneros por los portugueses; la Victoria doblaba con grandes dificultades el Cabo de Buena Esperanza, al sur de Africa, entrando triunfalmente el 6 de septiembre de 1522 al puerto de San Lucar de Barrameda al mando de Sebastián de Elcano, culminando ese memorable primer viaje alrededor del orbe conocido.
Publicación de su crónica
Una vez en España, Pigafetta presentó su relación de viaje a Carlos V, en Valladolid, pasando luego a las cortes de Portugal y Francia. En esta última, la regente María Luisa de Savoia, madre de Francisco I, hizo la primera publicación de la relación. En Italia, el cronista tuvo buena acogida en la corte de los Gonzaga, marqueses de Mantua, siendo invitado a escribir una relación más pormenorizada del viaje, obteniendo al año siguiente en Venecia, un privilegio por 20 años sobre el libro que sería impreso. Fue invitado por el pontífice Clemente VII a visitar Roma, permaneciendo poco tiempo allí, encontrándose en Monterosi con el Gran Maestro de la Orden de Rodi, Filippo Viliers de l’Isle-Adam, quien le recomendó concluir su relación. Gracias al Marqués de Mantua, le fue asignada a Pigafetta la Comendatura de Norcia, Todi y Arquata, que si bien no era muy rica, le permitió una vida decorosa y sin privaciones.
Autor: José Óscar Frigerio para revistadehistoria.es
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Bibliografía
Antonio Pigafetta, “El primer viaje alrededor del mundo. Relato de la expedición de Magallanes y Elcano, Ediciones B, Grupo Zeta, Barcelona, 1999.
César Cantú, “Historia Universal”, tomo IV, Epocas XII, XIII y XIV, Madrid, 1876.
Eustaquio Fernández de Navarrete, “Vida de Juan Sebastián del Cano”, Vitoria, 1872.
José Oscar Frigerio, “Enigma Renacentista: ¿era lombardo el gran Pigafetta de Vicenza?”, Mondo Lombardo, Nº 4, Buenos Aires, abril de 1991.
Martín Fernández de Navarrete, “Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV”, Expediciones al Maluco: viage de Magallanes y Elcano, en tomo IV, Madrid, 1837.
18/08/2022 @ 14:18
Pigafeta se hizo pasar por Lombardo con la ayuda de Chieregato, pero lo más seguro es que fuese un espía veneciano enviado para conocer los planes castellanos y, dado el caso, sabotearlos.
El motivo de que se hiciese pasar por lombardo es que es la región vecina a Venecia, por lo que podía disimular su manera de hablar.
Y no olvidemos la poca simpatía que por los españoles sentían los habitantes del norte de la península itálica.