A finales de marzo de 1519 y por encargo de Francisco de Garay, gobernador de Jamaica, el extremeño Alonso Álvarez de Pineda con cuatro barcos y doscientos setenta hombres inicia un viaje de exploración a las costas del Golfo de México.
Su misión era explorar y cartografiar la zona comprendida entre el sur del Golfo y los territorios de la Florida, descubiertos seis años antes por Juan Ponce de León, y averiguar si existía en la zona un paso que comunicara el océano Atlántico con el Pacífico: el tan deseado y mítico estrecho de Anián. Tras estas trascendentales instrucciones, Garay también pretendía asegurar para su gobernación los territorios del noreste del Golfo que parecían ser ambicionados por un rebelde Cortés.
Llegada a Texas
Hernán Cortés
Así, ocurrió que en cuanto los hombres de Pineda desembarcaron, los de Cortés capturaron a la mayoría., consiguiendo Pineda escapar y navegar por el golfo de México hacia el Norte durante cuarenta días hasta alcanzar la desembocadura del río Grande y desde allí poner rumbo a Jamaica sin haber conseguido cumplir con las instrucciones de Garay.
Con base en el reconocimiento efectuado por Pineda, en1521 el gobernador Francisco de Garay obtuvo la autorización de la Corona de España para colonizar el territorio en calidad de adelantado, apareciendo la zona denominada como “Tierra de Garay” en el célebre mapa de Diego de Ribero que refleja el Este y Sur de Norteamérica.
Legado
Álvarez de Pineda fue el primer explorador y cartógrafo del Golfo de México, así como el primer explorador de Texas, fundando la primera ciudad de aquel territorio, Corpus Christi, en la cual se le recuerda con una gran estatua,
Muerte
Al poco tiempo de regresar a Jamaica, partió de nuevo hacia México dirigiéndose a la región de Pánuco donde fundó una colonia, cerca de la actual ciudad de Tampico, muriendo en Pánuco en enero de 1520. Cuando Diego de Camargo llegaba con un barco con provisiones desde Jamaica hasta la colonia, encontró la colonia asediada por los indios huastecas; casi todos los colonos habían muerto; entre ellos Alonso Álvarez de Pineda.
Autor: Ignacio del Pozo Gutiérrez para revistadehistoria.es