Alejandro Magno, una de las figuras más destacadas de la historia militar, se enfrentó a numerosos desafÃos durante su campaña para expandir el Imperio Macedonio.
Uno de los episodios más emblemáticos de su carrera fue el asedio de
Tiro en 332 a.C., un evento que puso a prueba su ingenio y determinación. Tiro, una ciudad fenicia situada en una isla fortificada y conocida por su poder naval y comercio, representaba un obstáculo significativo en el camino de Alejandro hacia la dominación del Mediterráneo oriental.
Alejandro Magno y la Conquista de Tiro
Tras la muerte de su padre, el rey Filipo II de Macedonia, Alejandro heredó un reino consolidado y un ejército formidable. En 334 a.C., cruzó el Helesponto con la intención de derrotar al Imperio Persa y liberar las ciudades griegas bajo su control. Después de las victorias iniciales en Granico e Issos, Alejandro se dirigió hacia el sur, a las ricas y estratégicamente importantes ciudades fenicias.
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