Alejandro Magno y los Judíos
En el relato de Flavio Josefo, cuando el general Parmerio le preguntó la razón, Alejandro respondió:
“No hice una reverencia ante él, sino ante el Dios que lo ha honrado con el Sumo Sacerdocio; pues he visto a esta misma persona en un sueño, con esta misma apariencia”.
El motivo por el cual a los niños judíos les ponen el nombre Alejandro es, por el rey Alejandro de Macedonia (Alejandro Magno).
El citado rey, un día salió con su poderoso ejército para enfrentar a Darío III, que era el rey de un fuerte imperio que abarcaba también a la tierra de Israel.
Alejandro ya había logrado derrotar a todas las naciones que participaban de la alianza del imperio de Darío III, y se disponía ahora a guerrear con Jerusalén, pues esta ciudad también pertenecía a la citada alianza.
Aconteció en momentos en que Alejandro se acostó sobre su cama para descansar, que sobre su cabeza se le aparece un hombre, vestido de blanco, portando una espada en su mano. El hombre alzó su espada sobre la cabeza del rey, y Alejandro sintió mucho miedo. Por eso le dijo:
“Mi señor, ¿por qué vais a matar a vuestro siervo?”.
El hombre le respondió:
“Yo soy el ángel que ha sido enviado por Dios delante de ti para conquistar para ti poderosos reinados. Y ahora has de morir por pretender levantarte contra Jerusalén, con el propósito de dañar al pueblo de Dios”.
Alejandro le dijo:
“Disculpa la falta de tu siervo, y si el hecho de que yo conquiste Jerusalén te parece algo malo, en ese caso regresaré”.
El hombre le dijo: