Generalmente, el siglo VIII ha sido considerado como la época del predominio musulmán sobre el elemento cristiano peninsular. No debemos restar importancia a la rápida ocupación y asentamiento de los musulmanes en la Península tras su llegada en el año 711. Sin embargo, atendiendo a la fecha tomada como referencia hemos de tener en cuenta que la situación de la dominación musulmana en estos momentos no es precisamente la de un poder estable.
Estructuras políticas de Al-Ándalus a mediados del siglo VIII
Encontramos pues que la relativa debilidad del valí en relación con otros poderes “menores” se unirá a las disputas étnico-religiosas, desencadenando una crisis que marcará la evolución política y social de mediados de siglo.
La población hispanomusulmana: elementos de disgregación social
Los cambios sociales que trajo consigo la dominación musulmana del espacio peninsular quedan ampliamente reflejados a nivel poblacional.
A los grupos musulmanes se unirían los grupos de cristianos no convertidos al Islam, es decir, los mozárabes (a los que se ha atribuido una cierta tendencia a la emigración hacia el norte peninsular, especialmente en los primeros años de la conquista musulmana), los de muladíes y los judíos.
La sublevación bereber y el conflicto con los “yundíes”
En general, se considera que la progresiva consolidación de la minoría árabe peninsular, al igual que estaba ocurriendo en otras áreas del emirato, unida en el caso que nos ocupa a la discriminación de los grupos bereberes, por otra parte injustificada si tenemos en cuenta la doctrina coránica de igualdad entre los creyentes, fue la causa de las tensiones que terminarían por cristalizar en la sublevación bereber iniciada en la provincia de Ifriqiya, de la que depende Al-Ándalus entre los años 734-739, cuya influencia se sentiría en la Península a partir del año 740-741. Es muy probable que tal discriminación comenzase a desarrollarse ya en los primeros momentos de la ocupación musulmana del espacio peninsular, aunque sea en estos momentos cuando alcanza su mayor expresión.
Teniendo en cuenta que los bereberes constituían el grupo étnico musulmán más numeroso de la Península en estos momentos, es lógico pensar que su levantamiento supuso un grave problema para el gobierno cordobés. Por otra parte, esta sublevación supuso el desplazamiento de los grupos bereberes asentados en las zonas del norte peninsular hacia el sur, lo que como veremos más adelante permitirá un mayor desarrollo de los núcleos cristianos de esta zona.
La llegada de efectivos sirios a la Península, bajo el mando de Baly, pretendía ser la solución al levantamiento bereber. De hecho, con la ayuda siria se controló la sublevación, pero el asentamiento de los yundíes (sirios) trajo consigo nuevos problemas de origen étnico.
Los primeros navegantes de al-Andalus - Revista de Historia
29/06/2020 @ 12:53
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