Uno de los precursores del Dreadnought fue el Primer Lord del almirantazgo británico John Fisher.
Cruceros de Batalla
Al mismo tiempo que nacía del acorazado monocalibre, lo hacía también el crucero de batalla. Fisher hizo célebre su frase “velocidad es coraza”. Con ello quería poner de manifiesto un nuevo tipo de construcción naval. Se trataba de construir un barco que pudiera llevar montada una potencia de fuego similar a la de los acorazados, y que diera 4 o 5 nudos más. Para ello dispondrían de las nuevas turbinas de vapor.
Acorazados veloces o Superdreadnought
En la década de los años 30 comenzaría una nueva carrera naval en la que todas las marinas modernizaron sus flotas. Los avances tecnológicos, se vieron reflejados principalmente en la mejora del blindaje y la velocidad.
El aparato motor de estos veloces acorazados era de turbinas de vapor de alta presión, alimentadas por nafta. Con respecto a la protección, aumentó considerable. La distancia de fuego había crecido mucho a consecuencia del uso de cañones de mayor envergadura, con lo cual las bombas caerían con mayor arco, y esto influía en la protección. Se tendía a poner una protección vertical con un ángulo de hasta 20º para que el proyectil resbalase y no rompiese su blindaje. La protección horizontal se aumentó y se dividió en varias cubiertas acorazadas.
La defensa anti-submarina fue la de compartimentar el buque. Esto incluía mamparos preparados para que se rompiesen e inundasen, absorbiendo de esta manera la fuerza del torpedo.
En estos modernos acorazados se instaló, un nuevo concepto de protección conocido como “todo o nada”, que consistía en proteger las partes vitales del barco por una cintura fuertemente acorazada. Fuera de este cinturón de protección, solo se protegería con una gruesa coraza la torre de mando, las torres de los cañones y las barbetas. Al mismo tiempo, su armamento también aumentaba, oscilando desde los 280 mm hasta los 460 mm. Para el armamento secundario se optó por el diseño de torres giratorias iguales a las de la artillería principal del buque, en detrimento de las casamatas. Los avances técnicos también llegaron a las direcciones de tiro, donde fueron instalados telémetros más precisos y radares.
Los primeros “acorazados veloces” en entrar en servicio fueron los Deutschland, en 1931, armados con 6 cañones de 280 mm montados en dos torres triples, y con unas características que los hicieron únicos en la historia.
Estaban propulsados por motores diésel lo que les daba más autonomía para la guerra de corso.
No eran realmente acorazados, más bien eran cruceros acorazados, pero se les conocería como “acorazados de bolsillo”, Francia reacciono poniendo en grada los acorazados Dunkerque y Strasborug. Estos buques tenían toda su artillería principal en la proa, porque se suponía que perseguirían a los Deutschland en caso de conflicto. Una concepción de la guerra un tanto particular.
Con la llegada de Hitler al poder rechazó la paz de Versalles, y sus restricciones en cuanto a la construcción de barcos de guerra, haciendo Alemania sus primeros acorazados sin límites de desplazamiento, el Scharnshorst y Gneisenau, en 1935. Italia, por su parte, también puso en grada acorazados nuevos, los Littorio y Vittorio Veneto, en 1934, que ya contaban con cañones de 381 mm, en contraposición a los construidos por Francia. Tanto franceses e italianos construyeron más unidades, que no se terminaría hasta empezada la II guerra mundial.
Alemania no tenía intención de quedarse atrás, pretendiendo la construcción de barcos con mayor desplazamiento, mejor coraza y más potencia de fuego. Así nació el famoso Bismarck en 1936, y su gemelo el Tirpitz. Desplazaban 50.000 toneladas y tenían 8 cañones de 381 mm. En Europa por último, Gran Bretaña, inició en 1937 la clase de acorazados King George V, con 10 cañones de 356 mm, 6 a proa, distribuidos en una torre cuádruple y otra doble, y los 4 restantes, en otra torre cuádruple a popa.